1. Dificultad para funcionar en la vida diaria: Si el duelo está interfiriendo significativamente con tu capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas como trabajar, relacionarte con otros o cuidar de ti mismo, podría ser útil buscar ayuda profesional.
 

2. Síntomas de depresión o ansiedad: Sentimientos intensos de tristeza, desesperanza, ansiedad, culpa o irritabilidad que persisten durante un período prolongado podrían ser indicativos de una depresión o ansiedad relacionadas con el duelo.
 

3. Aislamiento social: Si te encuentras evitando el contacto con amigos y familiares, o si sientes que no tienes a nadie con quien hablar sobre tu pérdida, la terapia puede proporcionar un espacio seguro para expresar tus emociones y recibir apoyo.
 

4. Pensamientos o comportamientos autodestructivos: Sentimientos de desesperanza, pensamientos de suicidio o comportamientos autodestructivos como el abuso de sustancias podrían indicar la necesidad de intervención terapéutica urgente. 
 

5. Dificultad para adaptarse al duelo: Si te sientes estancado en tu proceso de duelo, incapaz de avanzar o encontrar consuelo, la terapia puede proporcionar herramientas y estrategias para ayudarte a avanzar en tu proceso de recuperación.
 

6.Impacto prolongado en la salud física: El duelo prolongado y no resuelto puede tener un impacto negativo en la salud física, incluyendo problemas como insomnio, fatiga crónica o dolores corporales inexplicables.