Desde las Terapias de la Tercera Generación, la autoestima no se define por la evaluación positiva o negativa de uno mismo, sino por la capacidad de aceptarse a uno mismo tal como es, con todas las experiencias y emociones que surgen en la vida.
En lugar de buscar constantemente la validación externa o luchar por alcanzar un estándar idealizado de perfección, la terapia de la tercera generación enfatiza la importancia de cultivar una relación compasiva y no crítica con uno mismo. Esto implica reconocer y aceptar tanto las fortalezas como las debilidades, y aprender a relacionarse de manera más flexible con las experiencias difíciles que surgen en la vida.
1. Fomenta la aceptación: promueve la autoaceptación y la autocompasión, lo que a su vez puede reducir la lucha interna y el sufrimiento emocional.
2. Facilita la resiliencia: En lugar de desmoronarnos ante la crítica o el fracaso, podemos aprender de estas experiencias y seguir adelante con mayor fortaleza y determinación.
3. Promueve una vida valiosa: nos permite conectar con nuestros valores y comprometernos con acciones que reflejen quiénes somos realmente, en lugar de estar impulsados por la búsqueda constante de aprobación externa.
Si sientes que estás pasando por algo así y necesitas apoyo, no dudes en comunicarte conmigo.
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